Nos enseñó a lavar los dientes con una boca y un cepillo gigantes y nosotros le enseñamos a ella cómo nos lavábamos los dientes todos los días , también le trajimos el cepillo que habitualmente usamos y ella nos indicó si era el adecuado o por el contrario era demasiado grande
Al final nos puso unas gotitas de una tintura roja para comprobar si de verdad quedaban todos los dientes limpios o alguno mal lavado y nos fuimos para casa ¡¡Fue divertido aquellas lenguas rosas!!
Y mañana todos al dentista! !
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